jueves, 21 de junio de 2007

Villarreal insta a Riquelme a negociar su futuro

Fútbol Internacional

España

Llaneza, consejero delegado del Submarino Amarillo, señaló que “las dos partes deben querer resolver el tema”. Anunció que el club no considerará el retorno de Román y dijo desconocer los deseos del jugador.

Juan Román Riquelme deberá acordar en los próximos días su situación en el equipo español del Villarreal, dueño de su pase, según informó el consejero delegado José Manuel Llaneza. En una entrevista con el diario deportivo AS, Llaneza fue consultado acerca de la situación de Riquelme, quien actuó a préstamo en Boca desde febrero pasado y ahora deberá regresar al club de Castellón, aunque el director técnico Manuel Pellegrini ya dijo que no tendrá lugar en el equipo. "Habrá que buscarle una solución al tema Riquelme. En eso estamos, pero las dos partes deben querer solucionar el tema. Ahora falta ver si la otra parte (por Riquelme) también quiere y lo solucionaremos", afirmó el dirigente del Submarino Amarillo. Cuando se le consultó acerca de que el futbolista quisiera quedarse en Boca, Llaneza consideró que "no lo sé. Sinceramente, lo que él quiere no lo sé". Llaneza respaldó al técnico chileno del Villarreal y dijo que “el presidente (Fernando Roig) del club fue tajante. No había que buscar ningún entrenador porque el presidente optó por Pellegrini sin dar lugar a discusión", con lo que la salida de Riquelme del club será casi segura. El periódico AS resaltó la actuación de Riquelme, anoche, en la victoria de Boca por 2-0, ante Gremio de Brasil, que significó la obtención de la sexta Copa Libertadores. "Como en el partido del miércoles pasado en Buenos Aires, la superioridad demostrada por el conjunto argentino sobre el brasileño fue culpa de Riquelme, rey Midas de la final, que llevó a Boca a conseguir su sexto título de la Copa Libertadores", se afirmó en el comentario del partido. Se dijo, además, que Riquelme "fue cruel cuando se decidió a demostrar su magia con el balón; lo ató a sus botines, lo desapareció y lo volvió a enseñar mientras emprendió piques cortos entre piernas de adversarios rabiosos con tamañas osadías. Ser cazado con violencia hasta pareció complacer al argentino, pues la reanudación del juego parecía eterna para los necesitados jugadores del Gremio". Y añadió que “por culpa de Román también acabó el invicto de 23 años en el estadio Olímpico que mantenía desde 1984, cuando perdió otra final de la Copa Libertadores, curiosamente ante otro conjunto argentino, Independiente".

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